Economía Social y Solidaria

Publicado: Idaba-Network

Por: Marcela Sepúlveda Venegas
“… La pobreza es creada por el sistema, y ​​por lo tanto; si se quiere luchar contra la pobreza, tenemos que cambiar el sistema”-Muhammad Yunus, Premio Nobel de la Paz 2006.

Escuchamos por todas partes hablar de la economía social o economía solidaria, pero ¿sabes lo que es?

La economía social y solidaria es un tipo de economía al servicio de otro tipo de desarrollo. Se habla de economía social para referirse a empresas y asociaciones cuya finalidad se centra más en el ‘valor agregado’ social o ambiental que en la ganancia financiera.

El término “economía social” aparece en la década de 1980, y es más utilizado en algunos países que en otros. En Quebec, por ejemplo, el término economía social engloba la idea de economía social y solidaridad. De hecho, algunos actores e investigadores en Francia creen, como en otros países, que la economía social y  solidaria tiene dos enfoques diferentes.

La Economía Social

La economía social nace en el siglo XIX con la voluntad guiar la producción de bienes y servicios basados ​​en las necesidades de todos y no en el interés de unos pocos. Se trata también de aplicar principios democráticos a las actividades económicas, como “una persona, un voto”, en las juntas generales de accionistas.

Frente a los daños causados ​​por el capitalismo y la revolución industrial en el siglo XIX, los reformadores sociales y los pensadores utópicos buscar alternativas a la nacionalización de los medios de producción. Es así como inventan una forma colectiva para producir bienes y servicios. Crean cooperativas, mutuales y asociaciones. El término “economía social”, de ahora en adelante, hace referencia a todas estas estructuras, que son particularmente activas en la protección social complementaria de seguros, bancos, asistencia social, educación pública, deportes, cultura, la agricultura, entre otros.

La economía solidaria

La economía solidaria aparece en los años 70, en el contexto de desempleo masivo, el aumento de los despidos y la búsqueda de un nuevo modo de desarrollo. Se crean nuevas actividades económicas alternativas. Así aparecen y se desarrollan actividades como el comercio justo, agricultura ecológica y los canales cortos de distribución del productor al consumidor, el micro-crédito (muy exitoso en la India), los sistemas locales de intercambio comercial y las estructuras de integración a través de la actividad económica.

La economía social y solidaria

El término economía social y solidaria (ESS) aparece en la década de 1980 en Francia, tras la acción de ciertos dirigentes del Partido Socialista en favor de “otras formas de actuar.” Es un término que se ha vuelto común en los países de lengua latina (sobre todo francés, español, portugués), pero no en otras áreas lingüísticas.

Los valores de la economía solidaria

La economía solidaria combina la reciprocidad, el mercado, la redistribución dentro de un marco jurídico basado en la libertad de afiliación, sin ánimo de lucro privado  y la igualdad sobre la base de las necesidades reales: la búsqueda de la hibridación de recursos (mercado, no comercial, de carácter no monetario). La economía solidaria no es una economía de la reparación, ella renueva el debate sobre la cohesión económica y social. Surgidas a finales de los años 60, las redes de economía solidaria fueron en su origen un gran número de iniciativas cuyo objetivo era la utilidad social y la satisfacción de nuevas necesidades.

En términos concretos y prácticos …

La originalidad de la economía social es entregar respuestas precisas y concretas a las dificultades de vincular las acciones locales y la posibilidad de una mayor democratización de la economía. La economía solidaria se ha definido gradualmente a partir de las prácticas que han surgido de las acciones individuales y colectivas, que luego son confrontadas a la realidad de un territorio.

Entre otras podemos citar:

• Los residentes, usuarios y profesionales que apoyan los servicios que consideran necesarios,

• Emprendedores que quieren contribuir a la integración de las personas más necesitadas, a través de la economía,

• Los consumidores que se organizan para garantizar la calidad de los productos que compran,

• Los inversores que utilizan su dinero de forma diferente.

Todas estas prácticas, a pesar de la diversidad de situaciones, reúnen características comunes: son de ayuda mutua y la reciprocidad en el corazón de la acción económica: las personas se asocian libremente para llevar a cabo acciones conjuntas que contribuyan a la creación de actividades económicas y puestos de trabajo, fortaleciendo la cohesión social a través de nuevas relaciones sociales de solidaridad.

La voluntad individual y colectiva para llevar a cabo estas iniciativas, que han demostrado los actores involucrados, no puede explicarse únicamente por el interés material. El riesgo asumido por los financistas se entiende gracias a la presencia de un proyecto común: democratizar la economía.

 

Estas experiencias se organizan en una dinámica ciudadana que promueve la creación de espacios públicos locales, es decir, lugares que permiten a la gente expresarse, debatir, decidir, desarrollar y ejecutar proyectos económicos adaptados a los contextos reales en los que viven. En esta dinámica, las redes de la sociedad civil se fortalecen, p

ues con su compromiso, contribuyen a la producción de bienes y servicios y la profundización de la democracia.

Tu proyecto

Ahora ya conoces un poco más de la ESS, conoces también tu territorio, tu barrio, así que si miras a tu alrededor, puedes identificar un ‘espacio’ donde se puede generar un pequeño proyecto de economía solidaria. Indaba puede ayudarte y orientarte para que tu idea resulte, y así logres implementar este ‘otro tipo de economía’ que para algunos es el camino para salvar al mundo de la actual crisis económica.

 

Para más información te invitamos a visitar el link Economía solidaria y social en nuestro sitio: http://indabanetworkfr.wordpress.com/champs-daction/economie-sociale