Política Pública y Autogestión

Por: María de Lourdes Lara

¿Qué es política pública y cómo se mide su impacto en la solución de problemas? ¿Quién la diseña y para quién? ¿Por qué la ciudadanía no se siente protegida por sus resultados? ¿Y por qué no logran resolver los problemas y necesidades sentidas?

La política pública, más que un discurso que explica y justifica la toma de decisiones y el uso de los recursos, es la acción misma: son prácticas definidas de gobernar y estrategias específicas de administrar los recursos y servicios. Ésta define creencias y posibles formas de vida en todos los asuntos públicos. Quién la diseñe y qué prioridades establezca, determinará el nivel de democracia y las posibilidades de generar bienestar o calidad de vida para toda la población.

En el caso de Puerto Rico el diseño de la política pública ha sido atravesada por dos factores: el primero, ha sido las prioridades foráneas a nuestro contexto, por ejemplo, políticas definidas por los fondos federales. Y, segundo, ha sido diseñada por tecnócratas con poca o ninguna experiencia “de calle” sobre el impacto general de las mismas.

Ambos factores no han permitido considerar elementos importantes como nuestro contexto histórico, nuestras cultura, geografía, experiencia previa de las poblaciones, posibilidades reales de cambio y la participación protagónica y real de la ciudadanía en la toma de decisiones.

Como consecuencia, vemos en nuestros gobiernos patrones de manejo de nuestro país de forma reactiva: están todo el tiempo tratando de arreglar lo que van destruyendo, mal haciendo, mal utilizando, dificultando cada vez más el sembrar las posibilidades de cambios reales para nuestra sustentabilidad humana y material.

Históricamente, las organizaciones comunitarias han experimentado múltiples desfases entre los procesos de implantación de las políticas, los programas que crean y las actitudes que se asumen de parte de agencias e instituciones. Mucho más, han sufrido las contradicciones entre los discursos y argumentos que se utilizan para implantar estos programas y servicios.

Por ejemplo, una política pública dirigida a la llamada “autosuficiencia económica” de las comunidades se contradice cuando los programas y fondos están dirigidos al sustento, la dependencia y la asistencia de las familias. Se prioriza en mantener el desempleo sobre el crear empresas que sean realmente viables para poblaciones que carecen de experiencia de trabajo, que presentan un bajo nivel educativo y graves problemas sociales o psicológicos.

En la práctica, lo que se sostiene es una política del “mantengo”. Esta práctica afecta el desarrollo de iniciativas a las que está llamado un pueblo a participar y las miles de gestiones que realizan las organizaciones de base comunitaria para lograr la autogestión y la autosuficiencia.

Esta políticas terminan obstaculizando y limitando hasta derrotar cualquier esfuerzo autogestionario. Además, un discurso dirigido a la autosuficiencia no puede, a la vez, estar cargado de mensajes infantilizantes que subestiman la capacidad que tiene todo ser humano de valerse, crear, asumir responsabilidad y producir.

Una política pública politizada respecto al partido de turno se presta al chantaje y la corrupción del pueblo. Los proyectos se consideran más en función del municipio que es del partido, de la organización que es del partido y en función de las necesidades de promoción de ese partido.

Cuando la organización denuncia la situación, se le niega entonces acceso a recursos y a veces hasta se le criminaliza. Como todo el poder de decisión está en manos de la agencia, las organizaciones terminan, sin querer, trabajando para el gobierno de turno y no para las comunidades y sus necesidades.

Dice el Dalai Lama que todos los seres humanos, independientemente de nuestras creencias religiosas o políticas, tenemos en común el que no deseamos sufrir y aspiramos a la felicidad.

Si hay algo que produce sufrimiento y nos aleja de la felicidad, es el no lograr un proyecto colectivo, en un espacio común, donde podamos acordar el bienestar general con responsabilidad y respeto.