Aquí están

A los estudiantes y profesores que, desde ENACTUS y Mentes Puertorriqueñas en Acción, proveen las claves para nuestro desarrollo pleno; en especial al estudiantado ganador de la UPRH.

 

Los tenemos en la cara y no los vemos. Nos lamentamos de que los estamos perdiendo y no buscamos cómo retenerlos. Tienen las claves de cómo salir de las crisis y no las escuchamos. Son visionarios, talentosos, comprometidos con su educación, con sus comunidades, con su país y no asumimos sus prácticas y proyectos. Piensan en el colectivo, más allá de sí mismos y de sus necesidades individuales. Cada día, con limitaciones de todo tipo, con pocos apoyos institucionales, salen a construir futuro en el presente. Son creativos a más no poder, sin perder sensibilidad por el prójimo. Son personas que quieren aprender, transformar, ser mejores seres humanos: son nuestro estudiantado universitario y no tienen un espacio claro en la planificación y diseño del desarrollo económico y social de Puerto Rico. ¿Cómo es posible pensar el País sin ellos?

He observado, leído y escuchado una amplia y extensa discusión por economistas, sociólogos, analistas de todas clases, de los problemas y posibles estrategias que podrían sacar a Puerto Rico de sus crisis constantes. Plantean mucha alarma con la pérdida de nuestros ciudadanos profesionales, de que nos estamos quedando con una población de adultos mayores, retirados de los procesos productivos que podrían activar la economía y atraer nuevas riquezas y empleos. Pocos, por no decir ninguno, han incorporado al estudiantado universitario que todos los días piensa y diseña productos y servicios que crearían un empresarismo robusto en cada comunidad, municipio o región para evitar que una familia o dos o tres emigre a capitalizarlo fuera de nuestras tierras.

He tenido el privilegio de compartir con algunos de ellos. Tienen actitudes y principios que bien vale la pena aquilatar: donan cientos, miles de horas en servicio productivo que se cotiza en millones de dólares; crean, diseñan productos que pueden patentarse y exportarse al mundo global; lo hacen en trabajo colaborativo, en equipo y fortalecen competencias ciudadanas que necesitamos para elevar la calidad humana y empresarial.

Estos estudiantes son visionarios y ambiciosos, sin perder la capacidad de ser solidarios y sensibles con los más necesitados. ¿Cómo es que no los detenemos? ¿Cómo es que no hacemos planes minuciosos, con los mejores economistas, con los grandes inversionistas para proveerles un ecosistema para que ellos sigan produciendo para el País? ¿Por qué no hacemos la gran convención, el gran diálogo transectorial para escucharlos y rediseñar la política pública a esta generación? ¿Por qué no contemplamos en la inversión, incluir un protocolo para que el próximo escenario de estos incipientes profesionales sea un espacio para producir tecnología de avanzada, productos para atender servicios y conocimiento para el desarrollo del arte, la cultura? Todo esto puede atraer compradores y turistas de todo tipo y levantar riqueza que se queda aquí como bien nacional.

Mentes Puertorriqueñas en Acción fue creado por universitarios, residentes en Estados Unidos preocupados por su país. Se organizaron y capacitaron para trabajar e invertir tiempo en comunidades, organizaciones sin fines de lucro y fundaciones que a su vez sirven voluntariamente a la ciudadanía. ENACTUS, nuevo nombre de esta organización (antes SIFE) que promueve el desarrollo del espíritu empresarial que añade valor, que fomenta la acción y la creatividad del estudiantado y que está cimentado en contribuir al colectivo (nosotros) para el desarrollo pleno de la sociedad.

Contamos con cientos de estos líderes en el archipiélago puertorriqueño; todos listos y sumados ya a la productividad, pero invisibilizados por la inexistencia de políticas públicas para ellos. Invisibilizados porque no son el análisis de los que dicen preocuparse por nuestros problemas. Lo más escandaloso, nuestro crimen de todos los días, es que los estamos expulsando de cien en cien. Si de verdad queremos hacer algo que tenga lógica para el desarrollo, visitemos las universidades: están allí y están trabajando.

Por: María de Lourdes Lara
Publicado en El Nuevo Día el 5 de Julio de 2013