De vuelta a lo básico: Agricultura, Economía y Salud en las escuelas elementales

Sonia A. Jiménez Medina (Hatillo)
Problema:
Muchos de nosotros carecemos de sentido agrícola, tenemos poco conocimiento del área económica y padecemos de un alto nivel de ignorancia cuando se habla de salud. No queremos cultivar, pude ser porque no nos gusta o simplemente porque no sabemos. El tema de la economía, tanto general como la del país, es uno que no se toca hasta que llegamos a la Universidad –y eso si llegamos. Finalmente, cuando hablamos de salud, algo esencial para vivir, no conocemos cómo nos afectaría si no nos cuidamos, cómo prevenir las enfermedades y -sobre todo- cómo lidiar con ellas al padecer de alguna. ¿Cuál es el problema? Sencillo, no nos enseñan desde niños lo importante que es tener conocimiento de estos tres agentes de supervivencia esenciales para estar bien, ser productivos y tener sentido de cuidado.

Propuesta:
Desde escuela elemental nos enseñan a jugar diversos deportes  promoviendo el ejercicio, nos educan bien con las clases de Español e Inglés para desarrollar una buena comunicación, y con las Matemáticas se agiliza nuestro cerebro creando en nosotros la habilidad para resolver problemas. Por ende, propongo:

1. Que se reintegre cursos de agricultura en las escuelas elementales para promover el valor y la práctica de la agricultura en los niños.

2.  Revisar y evaluar el currículo de salud de las escuelas para establecer currículos más pertinentes que fomenten el conocimiento en los niños sobre cuidado personal y salud.

3.  Introducir en el currículo escolar temas básicos de economía para que los niños tengan conocimiento básico sobre cómo invertir y manejar su dinero.

¿De qué forma  implicarías en esta propuesta?
Como parte de esta sociedad, me implicaría en el asunto promoviendo y exhortando a los líderes de Puerto Rico a que hagan el cambio en el sistema de educación e incluya las clases anteriormente mencionadas. Activamente, regaré la voz para que más de los ciudadanos tomen conciencia y eduquen a sus hijos y otros niños en su vecindad para que ellos tengan el conocimiento sobre la agricultura, la economía y sobre la salud. Con ello, para que labren, produzcan y cuiden del futuro que nos depara. Mi intención es que toda la isla se lucre de ello, pero, personalmente, pienso que desde los hogares podemos hacer la diferencia. Ese es mi compromiso y si se logra que en las escuelas enseñen a los niños estas actividades, les aseguro que tendremos un mejor Puerto Rico.

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