Finlandia, un ejemplo educativo

El sistema educacional de Estados Unidos y el de Puerto Rico, prácticamente subsidiado por el primero, se ha deteriorado en forma tal que ha perdido su efectividad en gran parte, por su enfoque orientado al mercado, en la búsqueda de competitividad y su enfoque muchas veces punitivo.

La realidad es que en Puerto Rico al igual que en Estados Unidos, el sistema educacional rinde pocos frutos, adolece de un alto abandono de los estudiantes a través de su ciclo y sus costos son astronómicos en todos los niveles, y lo que es peor no existe una filosofía de colaboración entre el sistema y sus componentes básicos, maestros, estudiantes, padres y madres de estudiantes.

Hoy, Estados Unidos concentra su atención en el sistema educacional de Finlandia, un país nórdico, bien conocido como la cuna de los teléfonos Nokia, con una demografía altamente homogénea, ya que sólo el 4.6% de sus habitantes nacieron fuera de Finlandia (en Estados Unidos la cantidad es del 12.7%) y con un total de 5.4 millones de habitantes.

Finlandia además de ser líder cuando se mide calidad de vida, también tiene la honrosa distinción desde el 2000, los estudios auspiciados por la Organización Mundial de Colaboración y Desarrollo Económico, conocidos como PISA (“Programmed for International Students Assessment Reading”), que mide el dominio de 3 disciplinas: lectura, matemáticas y ciencia.

Obviamente, los resultados de esta cadena de éxitos, no podemos atribuirlos a la improvisación, sino a la colaboración, cuando en 1948, tres partidos políticos obtuvieron un equilibrio respecto a la cantidad similar de asientos en el parlamento nacional de Finlandia. Éstos, el Partido Social Democrático, el Partido Central Agrario y el Partido Comunista, decidieron en conjunto que la educación debía ser transformada y llegar a ser una razón de importancia en lograr que la equidad, la igualdad se convirtiera en el motor de desarrollo.

Además de lo anterior, en 1974, Torsten Husen, autor de varios libros sobre “la sociedad del conocimiento” definió los siguientes criterios: “Las personas tienen la oportunidad de aprender de por vida; la educación formal se extiende a todos los grupos; la educación informal, como los estudios de adultos, acepta el estudio de uno mismo.

Otras instituciones y organizaciones contribuyen a la educación, pero también se nutren de la misma.

Al integrar estas filosofías, podemos analizar tres importantes áreas básicas del sistema educacional de Finlandia: cómo las personas usan la educación para controlar sus vidas; qué y cómo contribuyen educación y experiencias de vida en la formación de individuos y de la identidad de grupo; qué tipo de experiencias en la vida de las personas en diferentes etapas de sus vidas se originaron en las escuelas, en los trabajos, en la diversión.

Las siguientes características del sistema de educación de Finlandia son una clara evidencia del éxito del sistema, donde menos es más: menos horas dedicadas a tareas en el hogar y más juegos creativos, en comparación a las largas horas de trabajo y de clases de los sistemas del este de Asia; no existen escuelas privadas en Finlandia, todas son públicas desde primarias hasta doctorados, y el costo es cero; el costo por estudiante es menor comparado con Estados Unidos, la compensación de los maestros es más alta y la enseñanza se concentra en pensamiento creativo, solución de problemas y colaboración; el sistema no está orientado a exámenes, sino a que los profesores estén capacitados a evaluar periódicamente a los estudiantes, mediante exámenes creados por ellos mismos, distribuyendo estas métricas individualizadas, las cuales son monitoreadas al azar por el Ministerio de Educación; el sistema no se fundamente en la competencia, sino en la colaboración; los maestros requieren maestría, tienen gran prestigio y buenos salarios; el sistema no persigue listas de los mejores, ni competitividad, el mismo tienen por objetivo la equidad, y ser un instrumento que persigue la igualdad social; el sistema de educación de Finlandia, no persigue el señalar las deficiencias del sistema, culpabilizando a las escuelas y a los maestros, o la creación de mantras de excelencia, basada en amenaza de pérdidas de fondos, en lugar de aspirar a metas y realidades, porque Finlandia busca el éxito del sistema en el resultado del compromiso de las escuelas, las comunidades y los miembros de las familias que integran la transformación.

Recomiendo un viaje exploratorio a Finlandia, definitivamente. Pero no por burócratas, amantes del turismo.
29 de abril de 2012
por : Bartolomé Gamundi