Puerto Rico es más competitivo

Puerto Rico recibió ayer un espaldarazo del Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) cuando su Índice de Competitividad Global (ICG) 2012-13 ubicó a la Isla como la economía más competitiva de América Latina.

Es la primera vez desde que Puerto Rico pasa por el crisol de la importante organización empresarial-económica con sede en Davos, Ginebra, que la Isla obtiene la posición 31, luego de haber caído hasta la posición 42 en un momento dado, y a pesar de los serios desbalances macroeconómicos que experimentan la Isla y el mundo.

Este año, Puerto Rico se midió contra 144 economías.

La posición supone que Puerto Rico ha rebasado a Chile, que ocupó la posición 33, como la economía más competitiva de habla hispana de este hemisferio y supone unos ocho puestos más que Panamá, el país que más avanzó este año, pues en el ICG 2011-2012 ocupaba la posición 49.

Mejores que España

De igual forma, la posición significa mejoría mientras las economías europeas estremecidas por la crisis de deuda soberana, entre ellas, Portugal, Italia y España, permanecieron, respectivamente, en las posiciones 50, 42 y 36.

Lo casi inverosímil es que Puerto Rico avanzó mientras Estados Unidos retrocedió nuevamente, ubicándose en la posición número 7.

“Tenemos que celebrar, pero también hay que trabajar”, sostuvo Waleska Rivera, presidenta de la Asociación de Industriales de Puerto Rico.

Si bien la Isla obtuvo su mejor escalafón desde el 2008, cuando incursionó en el ICG, tales avances parecen estar más del lado de la gente y las empresas que del Gobierno.

“Lo que este informe demuestra es que la gente ha hecho frente a una crisis de seis años y que buscó soluciones a ella”, dijo Eduardo Arroyo, consultor organizacional y miembro de la organización Puerto Rico 2000, la entidad aliada del WEF en la Isla.

De acuerdo con el informe, Puerto Rico continúa amarrado en el grupo de economías promedio por factores institucionales o macroeconómicos.

Como en Namibia y Albania

Entre ellos, burocracia gubernamental, restricciones en la reglamentación laboral, limitado acceso a financiamiento para la gestión empresarial, corrupción, crimen y hasta por su nivel de endeudamiento.

En la variable del costo del crimen a los negocios, Puerto Rico se disputa con Namibia y Bulgaria en la posición 112, justo arriba de Argentina. En transparencia de decisiones gubernamentales, Puerto Rico le hace compañía a Guyana e Indonesia en la posición 81.

Mientras, cuando hablamos del peso de la deuda pública, la Isla está junto a Albania y Sierra Leona en la posición 105. Ahí el indicador es al 2010.

“No celebro que estemos en esa franja mediana. Para efectos prácticos, seguimos siendo estudiantes de C”, indicó por su parte Francisco Montalvo Fiol, profesor y responsable del Instituto de Competitividad Internacional (ICI) de Puerto Rico en la Universidad Interamericana.

Montalvo Fiol agregó que la Isla no acaba de sacarle partido al potencial que posee y, en cierto modo, la ventaja para la Isla ha sido haberse mantenido “estable”, mientras las economías europeas lidian con su crisis y mientras las tensiones políticas y el presupuesto y el endeudamiento de Estados Unidos -ahora en unos $16 trillones- ha servido para exhibir flaquezas adicionales a la luz del WEF.

En el clavo, AGENDA CIUDADANA

Por su parte, Francisco Rodríguez-Castro, portavoz de la Coalición del Sector Privado, celebró el avance, pero destacó que el sector privado ya ha trazado estrategias definidas para atender las flaquezas de la economía local a los ojos del WEF. Pablo Figueroa, presidente de la Cámara de Comercio, agregó que al presente se ha dado curso a múltiples iniciativas dirigidas a potenciar a la Isla.

“Lo que tenemos que plantearnos es cómo modificar el ambiente regulatorio para que seamos competitivos. Me parece que esa es la salida”, dijo Figueroa al agregar que la radiografía del WEF apunta a un país con alta capacidad para la innovación.

De otra parte, Montalvo Fiol sostuvo que PR2000 decidió examinar los retos de la Isla según el WEF en el contexto de unas cinco propuestas para reencaminar la economía local. De todos los informes, incluyendo dos del Gobierno federal y el proyecto Puerto Rico 2025, Agenda Ciudadana es el proyecto que contiene estrategias para nueve de los doce pilares que evalúa el WEF y que abarcan desde la fortaleza de las instituciones públicas y la infraestructura hasta la salud y la educación.

Por: Joanisabel González

Comments

  1. Construyendo lazos entre las empresas y el Gobierno
    Por: Victor de León

    Puerto Rico pudiera estar perdiendo terreno en la lucha por la cohesión social y la prosperidad nacional debido a pobre relaciones entre los líderes del gobierno y las grandes empresas. Haría una gran diferencia si nuestros líderes políticos interactuaran más regularmente con líderes de negocio para encontrar un terreno común en cuanto a la creación de empleos, eficiencia laboral, desarrollo social y aumento en la competitividad global.

    Tristemente, la unidad de propósito y el deseo de trabajar en colaboración entre los dos actores poderosos está ausente. Sin embargo esto es lo que necesitamos para lograr progreso socioeconómico. Pero por el contrario, las relaciones entre el Gobierno ya está marcado por la desconfianza y la tensión.

    Por su parte, los líderes corporativos de Puerto Rico han demostrado poco entusiasmo en tomar acción proactiva para ofrecer una contribución significativa hacia el desarrollo socioeconómico sin haber sido forzados por políticas y proyectos legislativos. Ciegos por su obsesión en la ganancia neta, los líderes de negocios en ocasiones no tienen noción alguna de la responsabilidad de desarrollo, con excepción de su aportación limitada en proyectos de responsabilidad social para el fortalecimiento de su marca corporativa, y generalmente están desconectados de la política y sociedad.

    Tensiones entre el Gobierno y los líderes de empresas, deja capital social crítico sin explorar, el cual los dos pueden co-generar para avanzar el desarrollo social y económico de Puerto Rico. Dialogo regular entre ambos puede facilitar soluciones para los retos socioeconómicos del país y ayudar a posicionar a Puerto Rico en un ambiente de cambio global.

    Una razón por lo cual las relaciones entre el Gobierno y los líderes de empresas están en un punto muy bajo se debe a que los partidos gobernantes generalmente son intolerantes al sector de la sociedad que tiene poder económico y representa una potencial amenaza política. El mantener los negocios fuera de los asuntos de la política es, en un sentido, intencionado para erradicar el partidismo.

    Este obstáculo es imposible de vencer. Para que estos dos actores puedan desarrollar relaciones productivas, no tienen que coincidir en cada cosa. Por el contrario, las relaciones entre el Gobierno y los líderes de negocios deben estar basadas en respetar las diferencias a la vez que buscan un terreno común para atender algunos de los mayores retos del país.

    El punto de partida para construir lazos entre estos dos importantes actores es el crear un clima de candor mediante discutir el dialogo inicialmente de manera informal al nivel del Gobernador y los altos ejecutivos de las empresas. De esta manera es menos solemne y rígido en comparación con discusiones de grupos grandes. La obsesión con el pasado y el señalamiento de dedos a otros es una manera segura de silenciar esta clase de dialogo.

    El propósito principal de tal ejercicio debe ser para construir confianza mediante conexión significativa en un nivel informal. Luego esto necesita ser complementado por más interacciones estructuradas ente los líderes de negocio y los directores de las agencias económicas gubernamentales, con el propósito de crear políticas más concretas y asuntos estratégicos.

    Por último, los partidos en poder necesitarán acostumbrarse al hecho de que no tienen un monopolio en cuanto a atender los retos de Puerto Rico. Más bien, necesitan escuchar más las voces de otros actores significantes de la sociedad y aceptar que sus puntos de vista serán retados de tiempo en tiempo. Las empresas también necesitarán visualizar una dirección del país a largo plazo, entender que la crítica es un camino a la mejora, y estar preparadas para ser proactivas en acercarse al Gobierno y ofrecer soluciones que funcionen a nuestros retos.