RUTA DE CONSENSO EN PRO DE LA SALUD

La declaración del Ejecutivo de que integrará a la ciudadanía desde las primeras fases de elaboración de un nuevo sistema de salud, despeja el escenario para alcanzar acuerdos que lleven a lograr un modelo que recoja lo mejor de todos los saberes y experiencias en Puerto Rico y fuera de él, para beneficio de todo el país.

En sus funciones de gobernador interino, el secretario de Estado, David Bernier, reiteró el miércoles último que el nuevo sistema será trabajado de común acuerdo con la ciudadanía. Lo dijo ante una diversa representación de personas, la mayoría vinculada al tema de la salud, durante un evento convocado por la Fundación Agenda Ciudadana.

Allí se rindió cuentas sobre los resultados del diálogo transectorial en el que más de 80 representantes de organizaciones y sectores deliberaron sobre las convergencias y divergencias de los tres modelos principales que están puestos sobre la mesa para delinear un sistema de salud justo, libre del racionamiento de servicios y centrado en los seres humanos.

Ningún esfuerzo unilateral para diseñar un sistema de importancia tan vital para el País podrá contar con la legitimación de todos los sectores si éstos no participan desde la creación misma de sus cimientos. Los tiempos exigen inclusión ciudadana en la deliberación, diseño y ejecución de cualquier proyecto social, particularmente en la formulación de un sistema de prestación de servicios y prevención de enfermedades.

En este caso, la aspiración colectiva expresada durante los dos ciclos de foros comunitarios en 2007 y 2011 y reiterada en los diálogos entre ciudadanos comunes y expertos, es que ese sistema sea integral y universal. Un sistema que, reconociendo la salud como un derecho humano, garantice a todos el acceso en iguales condiciones a servicios de calidad y a información que les ayude a tomar las mejores decisiones por su bienestar físico, mental y emocional.

Durante el pasado diálogo transectorial facilitado por Agenda Ciudadana el 20 de febrero, los participantes aceptaron  que son más las áreas de coincidencia que de diferencia. Principalmente, están de acuerdo en que es necesario crear un sistema que reconozca la salud como un derecho constitucional y que, por tanto, gire en torno al ser humano.

Son menos las divergencias, aunque son fundamentales. En especial, y precisamente, las propuestas se distancian a la hora de establecer cuánta participación tendrán los sectores de la ciudadanía interesados en aportar, a pesar de que ese sector ha demostrado tener amplio conocimiento sostenido por documentación abundante.

Otro elemento, fundamental, que requerirá un profundo, sincero y transparente proceso de deliberación será el relacionado al financiamiento del nuevo sistema y al organismo que lo regirá. La Alianza de Salud para el Pueblo ha presentado una propuesta clara y definida de financiamiento, según han estipulado los dialogantes. Por esto resulta alentador el compromiso expresado por el Ejecutivo de encaminar la reclamada creación de un comité multisectorial, cuyos nombramientos se hagan en consulta con la propia ciudadanía. Es necesario que así sea.

El tiempo apremia. La experiencia ha demostrado que retrasar las acciones que revisten  urgencia, para tantear modelos y adelantar intereses particulares, nos cuesta vidas.

El momento exige hacer valer este inédito encuentro de voluntades dispuestas a crear desde sus bases un nuevo modelo de salud. Honrar ese compromiso creará a su vez las condiciones para practicar una nueva gobernanza en la que la ciudadanía, lejos de mera observadora, asuma un papel activo en la gestión de propuestas que revolucionen el sector salud y lo enmarquen en un verdadero proyecto de país.

Publicado: Editorial de El Nuevo Día