Ejemplo de país en el bosque modelo

El marco propositivo del Bosque Modelo como síntesis de luchas comunitarias, como referente concreto de logros ya alcanzados desde Adjuntas y como aspiraciones perfectamente viables por su validez científica y su respaldo multisectorial, debe ser adoptado como ejemplo del trabajo participativo que merece el país que queremos.

Se trata de un modelo de desarrollo social y económico distinto para Puerto Rico, enfocado en el derecho que asiste a presentes y futuras generaciones a tomar en sus manos los  procesos relacionados con su calidad de vida, el cual está basado en un serio proyecto sostenible de educación, conservación y  de relación responsable con nuestros recursos naturales.

De manera que la presentación este fin de semana en Casa Pueblo, en Adjuntas, de las propuestas que habrá de contener el anteproyecto de ley para el reconocimiento, delimitación y promoción del vital corredor a extenderse por 20 pueblos, es un salto esperanzador en el proceso  seguido cada vez por más sectores ciudadanos decididos a hacer la diferencia por Puerto Rico.

Y es, a la vez, un acto de rendición de cuentas a partir de la Orden Ejecutiva 023 del 31 de marzo pasado, que creó el Comité Multisectorial, el cual, presidido por el científico Arturo Massol Deyá, gestionó las consultas para el abarcador anteproyecto de ley. Cuando se hayan incorporado las propuestas adicionales surgidas del diálogo amplio, y que implicarían un aumento de la extensión territorial a protegerse, el anteproyecto pasará a La Fortaleza. Luego seguirá su curso a la Asamblea Legislativa para su consideración.

Pero, ¿por qué es un acto de justicia social y ambiental que este proceso continúe sin pausa ni obstrucciones hasta impulsar, amparado en ley, un paradigma de transformación estratégica y un proyecto de la economía solidaria, de la autogestión, del desarrollo cultural y de la educación para una ciudadanía competente?

Porque la etapa de lucha y logros en que está hoy Puerto Rico con respecto a la gran propuesta del Bosque Modelo, es resultado de años de entrega comunitaria a la defensa de sus recursos. Baste recordar aquellas jornadas en los años 80 contra un plan de explotación minera en Adjuntas que, de haberse consumado, hubiera significado la destrucción masiva de bosques en el corazón montañoso con efectos nocivos e irreparables sobre todo el País.

Contrariamente a la desidia de décadas y al espíritu que movía aquellas y otras amenazas de destrucción ecológica, esta iniciativa del Bosque, impulsada por Casa Pueblo y Agenda Ciudadana en sintonía con ciudadanos y entidades de probada conciencia social, se adscribe al legado conservacionista al contemplar originalmente la protección de 388,000 cuerdas de terrenos que ubican en una zona geográfica que abarca “desde Cabo Rojo hasta Vega Baja, cubriendo la bahía y otras áreas de Guánica, la zona central del País y sectores en la costa norte”, según reseñó  El Nuevo Día en su edición de ayer.

En consecuencia, con las legislaciones impulsadas y adoptadas para el Corredor Ecológico del Noreste y el restablecimiento del Fideicomiso de la Tierra de las Comunidades del G-8 del Caño Martín Peña, la ley del Bosque Modelo completará, en su momento, un poderoso bloque de política pública que impactará sus respectivas zonas de cobertura y trascenderá como nueva visión de desarrollo económico y social.

No es menos lo que merecemos como país.

Por: Editorial El Nuevo Día
Publicado en El Nuevo Día el 16 de Septiembre de 2013