La economía y el desarrollo del ecoturismo en Puerto Rico

Pubicado: Revista Ambiental: Corriente Verde (Edición Abril 2012)

Por: José Juan Terrasa Soler y Joao Proenca

Puerto Rico no se ha vendido tradicionalmente como un destino ecoturístico, sino más bien como destino de “sol y playa”, aunque sofisticado, o sea, con
vida nocturna urbana, casinos, entretenimiento, gran producción cultural, etc. Más recientemente, se ha hecho énfasis en convertir a Puerto Rico, y más específicamente el área metropolitana de San Juan, en el “gran destino urbano contemporáneo del Caribe”. Dentro de esa visión encaja la promoción de Puerto Rico como un destino ideal para el mercado de grupos
y convenciones y como destino cultural y de grandes eventos de primer orden en el Caribe. Sin embargo, todos los análisis de planificación turística que se han hecho coinciden en que nuestras islas tienen también un potencial de desarrollo ecoturístico enorme. Puerto Rico, como destino ecoturístico, se ha estado trabajando formalmente sólo en
los últimos cinco años y a partir
de la aprobación de la Ley 254- 2006, Ley de Desarrollo Sostenible del Turismo. Aunque todas las campañas de la Compañía de Turismo de Puerto Rico siempre han hecho referencia a la riqueza natural y paisajística de nuestras islas, casi siempre lo han hecho como “postre” y no como “plato fuerte” de nuestra oferta turística.

El ecoturismo se define como
“el viaje responsable a áreas naturales, que conserva el ambiente y contribuye al bienestar de
la comunidad local” (Sociedad Internacional de Ecoturismo, www. ecotourism.org). El ecoturismo, y
el turismo sostenible en general, implica la conservación de la naturaleza y la cultura de un lugar, el desarrollo y envolvimiento de la comunidad local y la interpretación de la naturaleza y la cultura que la persona turista experimenta. El ecoturismo incluye, tanto atractivos para visitar y actividades para hacer, como hospederías donde pernoctar.
En Puerto Rico, no había, o había muy poca, oferta ecoturística formal, o sea, basada en criterios internacionalmente reconocidos (conservación, desarrollo y participación comunitaria, desarrollo económico local, educación e interpretación). Para desarrollar el ecoturismo, primero hay que sentar las bases institucionales, luego desarrollar el producto y
luego mercadearlo. Sin las bases institucionales, el atractivo ecoturístico puede aniquilarse y su potencial de desarrollo económico disolverse. La industria ecoturística depende de su reputación y el “green wash” (pasar por ecoturístico lo que no lo es en verdad) es un riesgo enorme que amenaza su potencial económico.
No es que no existan ya “productos ecoturísticos” en Puerto Rico, pero hay que reconocerlos y regularlos para que tengan credibilidad y puedan ser mercadeados como tal. Además, muchos de los atractivos ecoturísticos potenciales existentes no están pensados o administrados cabalmente dentro de ese concepto. De ahí la necesidad de tener unos estándares internacionales aplicados a Puerto Rico, dentro de un programa integrado de ecoturismo que posicione a Puerto Rico como destino ecoturístico auténtico ante el mundo.
En cuanto a hospederías ecoturísticas, queda mucho por hacer. Sí hay muchas hospederías que están progresando por el camino de la sostenibilidad, pero no necesariamente cumplen todavía con todos los criterios de turismo sostenible o de ecoturismo. Desde hace unos meses, la Compañía viene trabajando en la evaluación de las primeras 15 hospederías dentro del programa formal de Certificaciones Verdes, que certificará eco- hospederías y hospederías de turismo sostenible.
Además, se hacen esfuerzos para que toda la industria turística adopte medidas de sostenibilidad aunque no necesariamente se certifiquen como hospederías ecoturísticas o de turismo sostenible.
Uno de los principales obstáculos para el desarrollo del ecoturismo y las eco-hospederías en Puerto Rico es que tradicionalmente se ha pensado como un desarrollo turístico más costoso, y por lo tanto, de menor rendimiento económico. ¡Nada más lejos de la realidad! Veamos algunos datos importantes y ejemplos.
El ingreso bruto de un negocio hotelero típicamente depende de dos factores: 1) La tarifa por día de hospedaje (conocida como ADR – average daily rate) y 2) La cantidad de habitaciones que el hotel logra vender (conocido como ocupación). Por ejemplo: si un hotel de 25 habitaciones cobra $100 por noche y tuvo 20 habitaciones ocupadas (ocupación de 20/25=80%), ¿cuánto ingreso se generó esta noche? El cálculo es $100 x 20 = $2,000 en ingresos brutos. Ahora, en el caso de una hospedería eco-turística, partiendo de la premisa de que la clientela que busca este producto conoce los costos que implica, valora la experiencia eco-turística sobre otros tipos de turismo y está dispuesta a pagar unas tarifas más altas por noche por un producto
auténticamente “eco” ¿qué ocurriría si en vez de cobrar $100 por noche, la persona huésped pagara $350 por noche? Asumiendo que ahora el hotel solamente logre ocupar 10 habitaciones por día (ocupación
de 40%), el ingreso bruto diario
se eleva a $3,500. De esta forma aumenta el ingreso bruto aun cuando baja la cantidad de cuartos ocupados. En teoría, los gastos de preparar y atender 10 cuartos al día son menores que los de hacerlo para 20 cuartos, por lo que el ingreso neto debe ser mayor también.
Con tarifas más altas y costos operacionales menores, un desarrollo ecoturístico ciertamente
debería ganar su espacio en el mercado. ¿Pero qué hay con los gastos de desarrollo, lo que cuesta construir una eco- hospedería? Sin tener el espacio aquí para entrar en detalles, veamos
un componente importante:
la infraestructura energética que necesita una hospedería.
El gasto energético es entre un
6 y un 12% del ingreso bruto de una operación hotelera típica, representando un costo sustancial. El uso de energía renovable (p.ej., energía solar) es algo relativamente nuevo en la industria turística
en general, pero debe ser sin
duda un elemento importante
en un desarrollo ecoturístico.
Los desarrollos ecoturísticos exitosos llevan la conservación energética en su “ADN”, cuya expresión superlativa es el diseño y construcción de un proyecto de energía renovable “off-grid”,
o sea, 100% independiente de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE). Ciertamente, el costo
inicial de instalar paneles solares
o generadores eólicos sobrepasa el costo de meramente conectarse a la AEE; sin embargo, el Gobierno ha creado un Fondo de Energía Verde (FEV) que permite un rembolso de hasta 60% del costo de un sistema de energía renovable. Si el proyecto no lograra participar del FEV, el cual otorga fondos por orden de solicitud hasta el máximo autorizado en
ley, el costo de la inversión en
estos sistemas es elegible para
los incentivos de la Ley 74-2010 (incentivos turísticos).
Independientemente de si un desarrollo ecoturístico usa prácticas simples de conservación energética o si usa 100% energía renovable, cualquier ahorro energético es importante para compensar por otros costos, como diseño y equipos especializados, materiales menos comunes, etc (Tabla 1). Además
de beneficiar al hotel desde un punto de vista económico, ¡los sistemas de energía renovable añaden una atracción adicional a la persona turista, lo cual ciertamente incrementa la demanda hotelera por dicho atractivo!
El desarrollo hotelero en Puerto Rico se ha mantenido saludable gracias a los incentivos financieros provistos por la Ley 74-2010, conocida como Ley de Desarrollo Turístico. A grandes rasgos, dicha ley provee un crédito contributivo de hasta 10% del costo total del proyecto, o 50% del equity aportado, lo que sea menor. Puerto Rico tiene un mercado secundario saludable de venta de créditos,
el cual permite la monetización inmediata de dichos créditos al cierre del préstamo de construcción. Esencialmente, el Gobierno aporta el 10% del costo del proyecto para estimular el desarrollo hotelero en la Isla. Además, la ley 74 elimina todos los costos por concepto de patentes municipales y arbitrios
de construcción y provee hasta el 90% de exención de contribución sobre ingresos y pagos al CRIM (contribución sobre la propiedad).
La banca privada, al igual que el Banco de Desarrollo Económico para Puerto Rico, están activamente otorgando préstamos para proyectos bien concebidos. Lo que sí es cierto es que los bancos están más cautelosos sobre los proyectos que escoge financiar, lo que a su vez obliga a las entidades desarrolladoras a tener planes más específicos y detallados.
Como dijimos anteriormente, la persona turista que viene buscando una experiencia ecoturística tiene unas expectativas particulares que difícilmente pueden llenar las hospederías actuales en Puerto
Rico. Por esto, hay que crear la oferta. Estas eco-hospederías, bellísimamente diseñadas utilizando materiales locales y enraizadas en el paisaje local, tienen el potencial de crear empleos y ser motores
de desarrollo económico local en muchos lugares de Puerto Rico.
Las oportunidades están ahí. Sólo hacen falta personas a quienes les apasione el desarrollo ecoturístico y estén dispuestas a apostar por un futuro turístico en mayor armonía con el paisaje y la cultura locales.

Tabla 1 – Proyecto Fotovoltaico de 20kW conectado al “grid”

Comments

  1. La sostenbilidad se divide en educacion, ambiente y comunidad. La sostenibilidad economica es el presente y el futuro de nuestra isla. Tenemos que buscar satisfacer nuestras necesidades basicas como comer con las cosechas de nuestra tierra. Tenemos que construir pero a la vez proteger nuestro terreno. Hay que tener un balance en todo lo que hacemos. Eso es lo que hemos perdido y hay que recuperar.