Participación ciudadana

Desde hace algunos meses se habla en Puerto Rico de la posibilidad de la creación de un plan decenal para el sistema público de educación. Que se hagan planes para el funcionamiento de una agencia o departamento gubernamental no es, por supuesto, una novedad. Sin embargo, la medida que propone el Plan Decenal, a juzgar por la controversia pública que ha provocado, parece serlo.

En realidad, con esta iniciativa, con la forma de un proyecto de ley por petición, el país se enfrenta por primera vez a un reto que parece ser vital en el momento presente. Es el reto de la participación ciudadana como instrumento para hacer de la educación una forma para trabajar con el desarrollo del país. Un plan decenal diseñado con amplia participación ciudadana que espera darle la vuelta al partidismo, a la centralización y burocratización de un sistema educativo que no ha logrado orientarse hacia nuestro propio desarrollo.

El reto consiste en permitir que aquéllos que más se afectan por la educación y que también son los que la financian, tengan la oportunidad de participar en forma decisiva, no meramente como consulta, en orientar la educación hacia las necesidades sentidas por ellos mismos. Se trata de una nueva forma de hacer política, de establecer política pública, que podría liberarnos de la lucha partidaria y abrir la posibilidad de construir una visión colectiva del país de la forma más democrática posible.

La participación ciudadana no es una injerencia privada en los asuntos públicos, sino un reclamo de aquéllos que, en última instancia, son la fuente del poder público. Ha llegado el momento de cuestionar algunas viejas dicotomías como “público-privado” o “privado-estatal”. Detrás de todo esto, está una simplificación que remite únicamente al Estado todo lo relativo al interés público dejando el remanente como interés privado.

La realidad, como sabemos, es mucho más compleja y en el mismo Departamento de Educación hay metidos muchos intereses privados que van desde los inversionistas políticos o la corrupción interna hasta trabajadores que se ganan el sustento como parte de su desempeño profesional así como las empresas privadas que brindan sus servicios a la educación. También allí operan sectores que podríamos considerar como entidades no gubernamentales pero que adelantan el interés público, como son las organizaciones magisteriales y otras relacionadas con la educación que son mucho más que intereses privados.

Existe mucha confusión entre lo que se conoce como el sector privado y el hoy llamado tercer sector o sin fines de lucro, simplemente porque ambos son no estatales. Sin embargo, la iniciativa del Plan Decenal, más que de carácter privado, es ejemplo de lo que, de un tiempo a esta parte, se ha venido a conocer en otros lugares con un nombre parecido a tercer sector pero mucho más amplio: el sector público no estatal, que persigue un interés público, pero desde fuera del cauce estatal aunque muchas veces en trabajo conjunto con el Estado.

Un ejemplo de esto es lo planteado en un libro no tan reciente como el de Nuria Cunill Grau, “Pensando lo público a través de la sociedad: Nuevas formas de gestión pública y representación social”. (Caracas: Centro Latinoamericano de Administración para el Desarrollo-CLAD / Editorial Nueva Sociedad, 1987). Desde este punto de vista, la propuesta del Plan Decenal presenta precisamente este tipo de trabajo conjunto entre este sector y el Estado porque se trata de un proceso donde, para lograr un objetivo público, se juntan -es decir, trabajan juntos- el Estado, el sector privado y el público no estatal.

Se trata, en fin, como dice el título del libro citado, de “nuevas formas de gestión pública y representación social” y el reto es de que el Estado se abra a éstas y viabilice otra manera de establecer política pública, minimizando los choques partidistas y sectoriales y buscando la concertación entre una amplitud de voces que nos permita cuajar un proyecto de país por medio de la educación pública.

Por: Roberto Mori

Publicado en El Nuevo Día el 1 de noviembre de 2013